-¿Por qué tuvieron que pasar seis años entre el 25 de mayo de 1810 y el 9 de julio de 1816?
-Porque es una falacia decir que la Revolución de Mayo fue una revolución antiespañola.
Esa fue una revolución democrática, liberal y, sobre todo, antiabsolutista. De hecho, la Primera Junta juró por Fernando VII, el rey preso de Napoleón.
Eso explica también los colores de la bandera, que son los colores de los Borbones.
Pero ya en 1812 hay un movimiento que empieza a pensar en la independencia, lisa y llana.
Luego de la derrota de Napoleón en Rusia, ese proceso se acelera.
Ya en la Asamblea de 1813 Artigas manda a sus representantes con el mandato de decretar la independencia, bajo la forma de gobierno federal.
De hecho, ante el rechazo de sus delegados, se fortalece el sistema artiguista y el 29 de junio de 1815 se sanciona en el Congreso de Oriente la independencia de la Liga de los Pueblos Libres, que incluía la Banda Oriental, Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba.
-¿O sea que nosotros ya éramos independientes?
-Claro, con una salvedad: ninguna provincia de la Liga de los Pueblos Libres manda diputados al Congreso de Tucumán, salvo Córdoba, tomando una actitud realmente incomprensible y contradictoria, porque uno no puede independizarse si ya es independiente.
-¿Eran dos proyectos distintos?
-Muy distintos. De hecho, en el Congreso de Oriente participaron criollos, indios, negros, hombres y mujeres. Lo que se llama “la gauchería”. En el Congreso de Tucumán, en cambio, participan sólo los “hombres decentes”. Es decir, en el Congreso de Tucumán no se van a ver ni indios, ni negros, ni pobres, ni mucho menos mujeres. Uno, el artiguista, es un proyecto verdaderamente democrático, federal, con igualdad de razas, clases y género. En cambio, el proyecto de las Provincias Unidas del Río de la Plata es un proyecto que cambia de sistema pero no cambia las estructuras sociales, con sus injusticias y desigualdades incluidas. Es más, nos independizamos políticamente del Imperio Español para pasar a depender económica y financieramente del Imperio Británico. Por eso, curiosamente, un mes después de la declaración de la Independencia, en agosto de 1816 se produce la invasión de la Banda Oriental por parte de los portugueses, ante la pasividad cómplice del gobierno de Buenos Aires y del Congreso de Tucumán.
-Muy parecido a los dos proyectos de país que aún existen hoy…
-Por supuesto, uno es el proyecto de Artigas, en su máxima expresión, y en parte también el de Belgrano y San Martín: un país con producción nacional, mercado interno, democratización en la tenencia de la tierra, reivindicación de las mujeres, cuidado del medio ambiente y de los niños y niñas. Y el otro, es el proyecto de Rivadavia, Alvear, Sarratea, Álvarez Thomas y tantos más: una factoría al servicio del imperio de turno, basado en la exportación de materias primas, con la tierra concentrada en pocas manos, sin industria nacional ni mercado interno, pero con desocupación, miseria y grandes desigualdades. Es decir, el proyecto que nos gobierna hoy.
Por lo tanto, la Independencia es una tarea todavía por construir.
Viva la Independencia, Viva la Patria
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